Vistas de página en total

Mostrando entradas con la etiqueta El poder de la palabra. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta El poder de la palabra. Mostrar todas las entradas

miércoles, 18 de enero de 2012

LAS VIBRACIONES, EL ÁURA, EL PODER DE LA PALABRA, DECRETOS VERBALES.

  •    Las Vibraciones.
   Todo en la Creación es energía, y prueba de ello es que los últimos estudios científicos en cuanto a la composición de la materia van en esa dirección. Cada átomo que conforma nuestro cuerpo es un pequeño universo por si mismo. Por esto podemos tomar como axioma que "como es abajo, así es arriba". Me explico, a distintos niveles de sutileza o planos de consciencia, el comportamiento general de la energía universal es el mísmo.
   La diferencia entre unas formaciones energéticas y otras más o menos elevadas se basa en las vibraciones que desprenden. Toda energía porta un nivel vibratorio que la caracteriza. Así la materia cuenta con unas vibraciones menos sutiles o elevadas que la de otros planos espirituales.
   ¿Quién no ha percibido buenas o malas sensaciones ante una persona o lugar concreto?. Pues bien, como paquetes energéticos que somos, continuamente estamos interactuando energéticamente con lo que nos rodea. Así cuando el nivel vibratorio con el que entramos en contacto es afín al nuestro, nos sentimos como en casa. De esta manera este lugar o individuo será inmediatamente de nuestro agrado sin saber por qué.
   Nuestro nivel vibratorio no es el mismo todo el día, oscila como consecuencia de nuestras propias energías internas y, sobre todo, por el intercambio energético con los indiviuos que nos rodean en los diversos planos de existencia.
   De ahí las recurrentes frases de "esa persona desprende buenas o malas vibraciones" y también "me quedaría aquí toda la vida".
   Por el contrario ocurre y mucho que nos topamos con vibraciones negativas o de bajo nivel, que si estamos en ese momento a un nivel vibracional óptimo, producirá un shock en nosotros. De tal forma que se produzca un intercambio energético entre las dos fuentes. La resulta dependerá del equilibrio del portador de las vibraciones más elevadas para que las más bajas no podruzcan una afectación en sus chakras y canales de energía. Pero lo que sí está claro es que el portador de bajas vibraciones elevará las suyas como producto de esta interacción.
  • El Áura.
   Las vibraciones de todo nuestro paquete energético o ser, puede ser reconocido visualmente por algunos médiums que cuentan con esta habilidad. Lo que observan es toda suerte de colores y tonalidades que van más allá de los límites de nuestro cuerpo físico.
   A esto se le denomina vulgarmente como Áura. Así en los seres de mayor elevación, el nivel vibracional será mayor, con lo que el áura mostrará colores más puros, así como que los límites de la mísma se expandirán sobremanera. 
   Los distintos colores y tamaños del áura irían desde el blanco más puro y extenso correspondiente al ser más excelso que exista, hasta el más negro y contraído correspondiente a un demonio. Lógicamente estos son los extremos, y la gran mayoría de nosotros se encuentra en estadios intermedios, donde existen muchos colores y tonalidades que dan forma a este campo energético de nuestro espíritu.
   Todos nuestros deseos, acciones, cambios de humor, sentimientos...producen alteraciones constantes en nuestro sistema energético, luego en el nivel vibracional y fianlmente en la composición de nuestra áura.
  • El Poder de la Palabra.
   Algo muy importante en nuestra civilización es como interactuamos unos con otros a niveles más groseros. Me refiero lógicamente a las comunicaciones verbales, al uso de la palabra. 
   Con el discurrir de los tiempos la palabra ha perdido el valor que realmente tiene y se merece. Ahora mísmo decimos algo y sin embargo, nos desdecimos inmediatamente sin que nos importen demasiado las consecuencias.
   La palabra es una herramienta poderosa en general, pero especialmente en aquellos que cuentan con un elevado desarrollo evolutivo. Para éstos la palabra es poderosa. Se valen de la mísma para transmitir vibraciones de amor, de paz, de conocimientos...
   Las palabras producen vibraciones energéticas que pueden provocar toda suerte de influencias en aquellos a los que vayan dirigidas. Debemos reeducar nuestra manera de comunicarnos, ya que con la palabra se establece un decreto. 
   El decreto irá como he dicho íntimamente ligado a la fe del que lo pronuncie y por ende a su estado evolutivo. Recordemos a Jesús cuando decía "lo que de la boca sale del corazón procede...la boca es el altavoz del corazón" o también dirigiéndose a una higuera de la cual no pudo obtener fruto alguno que le alimentara en determinado momento, "maldita seas", y la higuera automáticamente se secó para siempre. Otra frase suya "...si tuvierais fe, le dirías a esa montaña que se moviera de aquí a allá y ésta lo haría...".
   Por tanto, en un ser elevado la palabra cobra de un poder significativo. Pero en menor medida, nuestros continuos decretos verbales ocasionan alteraciones energéticas (positivas o negativas) sobre aquellos a los que las dirijamos. 
   ¿Quién no ha sentido una profunda emoción ante determinadas palabras?. Las emociones derivadas de estas palabras son consecuencia de la afectación energética de las mísmas sobre nuestro sistema energético sutil (chakras y canales de energía). Además el mal uso de las mísmas genera también karmas que influirán en nuestro devenir más inmediato.
   Podemos concluir que debemos sin duda hacer buen uso de la palabra. Sumemos con nuestras palabras y no dividamos o sembremos discordia y confusión.

Leer más...