Vistas de página en total

Mostrando entradas con la etiqueta Áura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Áura. Mostrar todas las entradas

jueves, 19 de enero de 2012

COMO ACTUAR ANTE LAS ENERGÍAS QUE NOS RODEAN - INTERACCIONES ENERGÉTICAS, FOCOS VIBRATORIOS, CONTAMINACIÓN ENERGÉTICA.

   Vamos hoy a tratar de establecer un modo de comportamiento antes las influencias o afectaciones energéticas provocadas por la interacción con aquello o aquellos que nos rodean. Para ello vamos a hacer un repaso por nuestro sistema sutil (chakras y canales de energía), nuestros hábitos de comportamiento, el vocabulario empleado y nuestra posición corporal ante un foco de energía.
   Tengamos presente que como ya vimos en el artículo anterior, que todo es energía. La Creación es energía vital. Una energía que cuenta con distintas manifestaciones o niveles de sutilidad, que producen unas vibraciones más o menos elevadas, así como un colorido y tonalidad diferentes en cada individuo (el áura).
   En nuestro día a día, vivimos sometidos a todo tipo de focos vibratorios. En unos casos corresponden a otros seres encarnados que puedan entrar en contacto con nosotros. Y aquí vamos a ahondar más profundamente, ya que la influencia vibratoria a la que nos vemos sometidos por un espíritu encarnado puede producirse por distintas vías:

  1. Por interacción física directa entre dos o más focos vibratorios.   Es el caso más fácilmente perceptible, puesto que la proximidad de ambos focos produce un intercambio energético.
  2. Por manifestaciones verbales que produzcan decretos energéticos. En este caso uno o varios focos pueden encadenar toda suerte de maldiciones verbales (entiéndase como tal a "mal decir", es decir, desear mal a otro)  hacia otros. O por el contrario, bendiciones verbales que generen bienestar.
  3. Por pensamientos generados por uno o varios focos vibratorios. Este es el caso más común, puesto que la inmensa mayoría de la sociedad se mueve por pensamientos. La mente tiende a interpretar y a juzgar todo aquello que nos rodea. Estos pensamientos son dardos energéticos que son conducidos hacia otro foco.
  4. Por interacción postural. Aquí debo primero decirles que en nuestro sistema sutil, tanto las palmas de las manos como las plantas de los pies juegan una importancia capital en la circulación energética. Así cuando extendemos las palmas de las manos hacia otro foco energético, nuestro sistema lo interpreta como una señal de abrir compuertas para percibir y/o absorber la energía del otro foco. Por esto debemos tener especial cuidado hacia quien o que ponemos nuestras manos. Por otro lado, nuestros pies son el cable a tierra de nuestro sistema sutil. No es adecuado poner nuestros pies hacia otra persona, puesto que aquellas energías que nuestro sistema energético suela desechar saldrán por esta vía. Por esto es importante que estemos con los pies en contacto con el suelo el mayor tiempo posible, y a ser posible descalzos.
   Es importante que seamos conscientes de todas estas interacciones y de que tomemos medidas de protección al respecto, tanto hacia nosotros como hacia otros.
   Debemos tener cuidado con los pensamientos que genere nuestra mente y hacia donde los dirijamos. Cuidar nuestros decretos verbales, pues cuentan con un indudable poder de afectación. Y en mayor medida, cuidar las interacciones directas con lo que nos rodea, manteniendo una postura adecuada de manos y pies.
   En muchas culturas orientales, las posturas están bien definidas en sus hábitos de comportamiento. Así, jamás se sentarán con los pies hacia ti, puesto que se interpretaría como una evidente falta de respeto, e incomodaría a la otra parte. Lo que sí harían es, en caso de que estimen que tu nivel vibracional es elevado (maestros espirituales) dirigirían las palmas de sus manos hacia ti con la finalidad de absorber este torrente energético para elevar sus vibraciones.
   También es común que ciertos sitios porten unas vibraciones más o menos elevadas, por lo que debemos poner especial atención de no contaminarnos de la energía vibracional de lugares de bajo calado energético.
   Pero no todo queda ahí, también existen intercambios energéticos con espíritus desencarnados, que pueden ser entorpecidos, demonios o seres de luz. ¿Y cómo se producen estas interacciones?. Pues exactamente igual que entre dos o más seres encarnados. Lo que ocurre es que casi nadie es consciente de ello.
   En mi caso soy consciente de la mayor parte de éstas, pero para la mayoría no dejan de interpretarse determinados síntomas como pura casualidad o enfermedad. Y desde luego que ¡esto no es cierto!.
   Son muchos los desencarnados que pululan alrededor nuestro solapando constantemente su campo vibracional con el nuestro. La resulta de tales interacciones es todo tipo de malestares físicos y mentales en caso de que el foco vibratorio sea oscuro, o por el contrario, presentarse un bienestar inesperado de satisfacción y paz ante un foco de alto calado vibracional.
   Se preguntarán que pueden hacer al respecto si no son capaces de percibir a estos seres. Pues bien, despertar la consciencia. ¿Y cómo se hace esto?. Siguiendo cuatro sencillos pasos:

  1. Siguir las pautas de comportamiento que hemos tratado en este artículo para no contaminarnos ni contaminar a otros energéticamente.
  2. Equilibrar nuestro sistema sutil (chakras y canales energéticos) y establecimiento de la realización del ser por invitación a la kundalini para que nos abra la consciencia.
  3. No generar más karmas.
  4. Meditar cada día en la contemplación de nuestro ser (dedicar unos minutos diarios a este fin).
   Para concluir debemos tener bien presente que las energías actúan siempre por asociación, es decir, los individuos socialmente siempre se han establecido en comunidades por afinidad vibracional.
   A menor escala dos individuos se asocian por compartir más o menos el mismo nivel de vibraciones. A una escala mayor, una ciudad o un país tienen las vibraciones que resultan de la interacción entre todos los focos energéticos que lo componen. Y así sucede en el planeta, donde todos contamos con una gran responsabilidad en cuanto a las vibraciones que aportamos al colectivo.
   Nuestro planeta interactúa a gran escala energética con otros planetas, y el sistema solar con otros sistemas planetarios, y así en un largo etcétera de interacciones.
   Meditemos sobre ello y seamos responsables por la parte que nos toca...
Leer más...

miércoles, 18 de enero de 2012

LAS VIBRACIONES, EL ÁURA, EL PODER DE LA PALABRA, DECRETOS VERBALES.

  •    Las Vibraciones.
   Todo en la Creación es energía, y prueba de ello es que los últimos estudios científicos en cuanto a la composición de la materia van en esa dirección. Cada átomo que conforma nuestro cuerpo es un pequeño universo por si mismo. Por esto podemos tomar como axioma que "como es abajo, así es arriba". Me explico, a distintos niveles de sutileza o planos de consciencia, el comportamiento general de la energía universal es el mísmo.
   La diferencia entre unas formaciones energéticas y otras más o menos elevadas se basa en las vibraciones que desprenden. Toda energía porta un nivel vibratorio que la caracteriza. Así la materia cuenta con unas vibraciones menos sutiles o elevadas que la de otros planos espirituales.
   ¿Quién no ha percibido buenas o malas sensaciones ante una persona o lugar concreto?. Pues bien, como paquetes energéticos que somos, continuamente estamos interactuando energéticamente con lo que nos rodea. Así cuando el nivel vibratorio con el que entramos en contacto es afín al nuestro, nos sentimos como en casa. De esta manera este lugar o individuo será inmediatamente de nuestro agrado sin saber por qué.
   Nuestro nivel vibratorio no es el mismo todo el día, oscila como consecuencia de nuestras propias energías internas y, sobre todo, por el intercambio energético con los indiviuos que nos rodean en los diversos planos de existencia.
   De ahí las recurrentes frases de "esa persona desprende buenas o malas vibraciones" y también "me quedaría aquí toda la vida".
   Por el contrario ocurre y mucho que nos topamos con vibraciones negativas o de bajo nivel, que si estamos en ese momento a un nivel vibracional óptimo, producirá un shock en nosotros. De tal forma que se produzca un intercambio energético entre las dos fuentes. La resulta dependerá del equilibrio del portador de las vibraciones más elevadas para que las más bajas no podruzcan una afectación en sus chakras y canales de energía. Pero lo que sí está claro es que el portador de bajas vibraciones elevará las suyas como producto de esta interacción.
  • El Áura.
   Las vibraciones de todo nuestro paquete energético o ser, puede ser reconocido visualmente por algunos médiums que cuentan con esta habilidad. Lo que observan es toda suerte de colores y tonalidades que van más allá de los límites de nuestro cuerpo físico.
   A esto se le denomina vulgarmente como Áura. Así en los seres de mayor elevación, el nivel vibracional será mayor, con lo que el áura mostrará colores más puros, así como que los límites de la mísma se expandirán sobremanera. 
   Los distintos colores y tamaños del áura irían desde el blanco más puro y extenso correspondiente al ser más excelso que exista, hasta el más negro y contraído correspondiente a un demonio. Lógicamente estos son los extremos, y la gran mayoría de nosotros se encuentra en estadios intermedios, donde existen muchos colores y tonalidades que dan forma a este campo energético de nuestro espíritu.
   Todos nuestros deseos, acciones, cambios de humor, sentimientos...producen alteraciones constantes en nuestro sistema energético, luego en el nivel vibracional y fianlmente en la composición de nuestra áura.
  • El Poder de la Palabra.
   Algo muy importante en nuestra civilización es como interactuamos unos con otros a niveles más groseros. Me refiero lógicamente a las comunicaciones verbales, al uso de la palabra. 
   Con el discurrir de los tiempos la palabra ha perdido el valor que realmente tiene y se merece. Ahora mísmo decimos algo y sin embargo, nos desdecimos inmediatamente sin que nos importen demasiado las consecuencias.
   La palabra es una herramienta poderosa en general, pero especialmente en aquellos que cuentan con un elevado desarrollo evolutivo. Para éstos la palabra es poderosa. Se valen de la mísma para transmitir vibraciones de amor, de paz, de conocimientos...
   Las palabras producen vibraciones energéticas que pueden provocar toda suerte de influencias en aquellos a los que vayan dirigidas. Debemos reeducar nuestra manera de comunicarnos, ya que con la palabra se establece un decreto. 
   El decreto irá como he dicho íntimamente ligado a la fe del que lo pronuncie y por ende a su estado evolutivo. Recordemos a Jesús cuando decía "lo que de la boca sale del corazón procede...la boca es el altavoz del corazón" o también dirigiéndose a una higuera de la cual no pudo obtener fruto alguno que le alimentara en determinado momento, "maldita seas", y la higuera automáticamente se secó para siempre. Otra frase suya "...si tuvierais fe, le dirías a esa montaña que se moviera de aquí a allá y ésta lo haría...".
   Por tanto, en un ser elevado la palabra cobra de un poder significativo. Pero en menor medida, nuestros continuos decretos verbales ocasionan alteraciones energéticas (positivas o negativas) sobre aquellos a los que las dirijamos. 
   ¿Quién no ha sentido una profunda emoción ante determinadas palabras?. Las emociones derivadas de estas palabras son consecuencia de la afectación energética de las mísmas sobre nuestro sistema energético sutil (chakras y canales de energía). Además el mal uso de las mísmas genera también karmas que influirán en nuestro devenir más inmediato.
   Podemos concluir que debemos sin duda hacer buen uso de la palabra. Sumemos con nuestras palabras y no dividamos o sembremos discordia y confusión.

Leer más...